En medio de la carrera que han decidido emprender distintos fabricantes para sumar su cuota de responsabilidad con el medio ambiente, también se buscan modelos de negocio rentables en los mercados a nivel mundial.
Uno de ellos es Toyota, marca que además de desarrollar vehículos a base de tecnología eléctrica, también ha forjado una estrategia para construir coches impulsados por hidrógeno. Para lograr este objetivo, la empresa montará una fábrica para llevar a cabo unidades de pila de combustible en Kentucky, Estados Unidos, a partir de 2023.
El proyecto tiene como eje central establecer una línea de producción dedicada a los módulos de pila de combustible en de hidrógeno Toyota Motor Manufacturing Kentucky. Se destinarán a aplicaciones de camiones pesados, incluidos los semirremolques, que la compañía ha estado produciendo con su filial Hino.
Pioneros en el mercado
Este programa que quiere iniciar la organización es la primera apuesta a gran escala por la pila de combustible de hidrógeno. Ya no se trata de fabricar unos pocos Toyota Mirai a un ritmo extremadamente pausado por los técnicos que elaboraban en su momento el Lexus LFA, sino que Toyota pretende generar un gran volumen de estos módulos fuel cell.
La estación de Toyota ofrecerá hasta 160 kW de potencia continua y pesará alrededor de 635 kg, muy inferior a muchas de las opciones de este tipo de baterías para aplicaciones de transporte.
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El kit se venderá como un pack listo para funcionar y que incluye una batería de alto voltaje, motores eléctricos, transmisión y el sistema de almacenamiento de hidrógeno necesario.
«Los fabricantes de camiones podrán comprar un sistema de propulsión eléctrica de pila de combustible de hidrógeno totalmente integrado y validado», lo que les permitirá ofrecer a sus clientes una opción sin emisiones en el segmento de los vehículos pesados», dijo Tetsuo Ogawa, presidente y director general de Toyota Motor North America.
Cómo funciona
Toyota explica en su portal oficial que el sistema de pila de combustible que desarrollan es más eficiente desde el punto de vista energético que el de los motores de combustión interna y además, no emite CO2 ni contaminantes al funcionar. Por otra parte, los conductores pueden esperar el mismo nivel de comodidad que la que ofrecen los vehículos con motor de gasolina, con una generosa autonomía y un tiempo de abastecimiento mínimo.
Detallan que puede llegar tan lejos como cualquier vehículo de gasolina de tamaño similar, pero con el depósito lleno de hidrógeno. “Para llenarlo cuando está vacío se tarda tan solo entre tres y cinco minutos. La recompensa es un funcionamiento suave y silencioso, unas grandes prestaciones y vapor de agua como única emisión de escape”.
Redacción I Jhonattan González