La marca alemana Porsche ha deslumbrado al mercado automotriz con un prototipo de furgoneta eléctrica que tiene todo para ser un vehículo futurista, bautizado como Vision Renndienst, el cual cumple a su nombre a la perfección tras mostrar un pedazo de la movilidad eléctrica del mañana a través de su atrevido concepto.
Según información de la firma, la furgoneta Porsche Vision Renndienst ha tomado las bondades tecnológicas de la actualidad para entregar un modelo que satisfaga las necesidades de los clientes más exigentes, sin dejar de lado la apuesta por un camino labrado hacia la electromobilidad.
El diseñador Michael Mauer y el jefe de diseño de interiores, Markus Auerbach, trabajaron en conjunto para adornar el exterior e interior del auto con un aspecto futurista que cumpla con los requerimientos personales de los conductores, en lugar de centrarse en bondades más familiares como se ha hecho a lo largo de los años.
Además de su forma peculiar, uno de los detalles que más impactó fue el espacio que tiene el conductor por medio de un asiento amplio para disfrutar de una mayor comodidad, pues al final ellos terminan por llevar todo el «peso» del trayecto cuando se desplazan por las carreteras.
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El futuro de Porsche
“Cuando quiero conducir, tengo más sensaciones en la cabina que en cualquier otro automóvil. Y cuando no lo hago, el asiento del conductor se puede girar 180 grados; con un giro, gira para mirar a los otros pasajeros«, afirmó Mauer con respecto a la comodidad del asiento del conductor en el Porsche Vision Renndienst.
Por otro lado, las ventanas son cerradas en un lado y abiertas en otro de manera asimétrica para brindar una experiencia de «cápsula protectora» según Ivo van Hulten, director de diseño de experiencia de usuario en Porsche, quien en conjunto con todo el equipo de la firma europea se adentraron en los zapatos de los usuarios para indagar qué podrían querer de cara al futuro.
El Porsche Vision Renndienst figura con la tecnología de conducción autónoma, aunque desde la marca no eliminaron el volante para continuar dando al dueño del vehículo la sensación de propiedad y dominio del auto, al mismo tiempo en que podría optar por girar el asiento en 180 grados y quedar totalmente de frente al resto de pasajeros en un viaje largo.
“Visto desde el exterior, un Porsche es una escultura, una obra de arte. El interior agrega otra dimensión. Los coches con un interior insatisfactorio no sobreviven por mucho tiempo, porque no se puede construir una conexión emocional con ellos», sentenció Auerbach.
Redacción | Ronald Ortega