Si bien es cierto que China y Europa dominan el mercado de vehículos eléctricos, Estados Unidos está realizando importantes esfuerzos desde los sectores público y privado para recortar distancia.
En lo que se refiere a las actividades gubernamentales, el presidente Joe Biden ha anunciado grandes inversiones en electromovilidad y energías renovables. Por su parte, desde el sector privado y la academia surgen investigaciones e innovaciones tecnológicas para evolucionar en el mercado electrificado.
Con respecto a la infraestructura de carga, punto débil de la movilidad eléctrica hasta el momento, investigadores de la universidad de Cornell, Nueva York, están desarrollando un sistema de carga para mejorar la autonomía de los coches.
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Actualmente en Estados Unidos hay 1.8 millones de coches con batería, pero solo unos 100000 puestos de recarga en 41.000 estaciones de uso público, por lo cual Biden prometió la instalación de 500.000 nuevos centros para suministrar energía.
Todo ello ha dado paso al nacimiento de una tecnología que permitirá a los conductores cargar su coche eléctrico mientras circulan, proyecto que lleva 7 años en ejecución y que muestra avances importantes para su implementación.
El profesor de ingeniería eléctrica y de computación en Cornell, Khurram Afridi, afirma que la carga inalámbrica es la mejor forma de superar los miedos de los conductores de un coche eléctrico frente a la incertidumbre de quedarse sin batería por no encontrar estaciones de recarga.
“Las autopistas tendrían un carril de carga, algo así como un carril de alta ocupación. Si te estás quedando sin batería, podrías moverte al carril de carga. Sería posible identificar qué coches han usado el carril y enviarles después la factura”, explicó el científico al portal Business Insider.
¿Cuál sería el proceso?
De acuerdo con Afridi, el proyecto supondría insertar en la carretera unas placas metálicas conectadas con una línea de corriente subterránea y un inversor de alta frecuencia. Las placas crearían campos magnéticos de corriente alterna que atraerían y repelerían a dos placas iguales fijadas en la parte inferior del coche eléctrico.
“La única forma de que la gente compre coches eléctricos es que recargarlos sea tan sencillo como cargar de gasolina a un vehículo de combustión. Si tuviéramos esta tecnología, los vehículos eléctricos tendrían menos limitaciones incluso que los tradicionales”, subrayó el profesor.
Los principales retos del proyecto es encontrar los componentes que puedan transportar los altos niveles de energía necesarios para cargar los coches, así como los interruptores capaces de funcionar a las altas frecuencias necesarias para una carga eficiente.
Hasta ahora, el proceso necesita entre 4 y 5 horas para cargar por completo un vehículo pequeño, así que cargar un Tesla necesitaría incluso más tiempo.
Redacción I Jhonattan González