Luego de que algunos equipos han anunciado su salida de la Fórmula E, la categoría de autos eléctricos ha comenzado a estudiar la posibilidad de introducir un límite presupuestario e incluso establecer un límite salarial para pilotos.
Los equipos de Fórmula E admitieron que la entrada de los grandes fabricantes ha conllevado un aumento de los presupuestos. Detallaron que en algunos casos se han duplicado o estado muy cerca de hacerlo.
Además, los salarios también se han incrementado con la llegada de los mejores pilotos o de las estrellas provenientes de la F1 –caso de Felipe Massa–, y ello pudiera ser un grave problema si las marcas comienzan a retirarse, como han hecho Audi y BMW.
De momento, los promotores de la categoría han puesto en marcha una cláusula para que los equipos que se comprometan para las próximas temporadas, con el nuevo coche GEN-3, deban pagar una fuerte penalización si abandonan antes de hora.
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De concretarse el límite, no podrá estar listo para la temporada 2021-2022. En tal caso entraría en vigencia para la 2023-2024. Para la Fórmula E es incluso más complejo de controlar que el límite presupuestario de la F1, toda vez que muy posiblemente algunas marcas ‘carguen’ costos del desarrollo de su motor eléctrico a departamentos de I+D en lugar de a competición, y que otras partidas corran a cargo de marketing.
Pero la cuestión de costos sigue latente. El coche de GEN-3 debía costar 835.000 euros, pero al final el precio subirá a 1.230.000, es prácticamente un 50% de aumento.
En 2020 los costos bajaron, debido a la limitación de personal y también el hecho de que el calendario fue reducido y las últimas pruebas se corrieron en poco menos de diez días debido a la pandemia del COVID-19.
La Fórmula E ya se ha montado sobre el tema y quiere solucionarlo de raíz antes de que sea ingobernable. No desean entrar en las polémicas como las que han surgido en el mundo de la F1.