Extreme E ha completado seis carreras desde su creación, cinco que dieron vida a la primera temporada y una en la presente campaña. En todas las apariciones de la serie se ha utilizado el ODYSSEY 21 como vehículo oficial del campeonato, una bestia diseñada para soportar las exigencias de la competición sobre los lugares más remotos del mundo.
Pasar de extremo a extremo es una característica que tiene el auto de la categoría 100% eléctrica de todoterrenos. Durante unas semanas corrió bajo el intenso sol de Arabia Saudita y Senegal, para luego pasar al gélido clima del Ártico. Sin embargo, el ODYSSEY 21 pasó la prueba de confiabilidad tras una temporada debut que lo llevó al límite.
Molly Taylor sufrió volcamientos en par de oportunidades, y aún así fue capaz de reponerse a impactos de 360° y continuar su recorrido como si nada hubiese pasado, a pesar de los 1.780 kilogramos de peso que dieron vida a este resistente, potente y rápido vehículo de Extreme E.
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ODYSSEY 21 al detalle
1.780 kilogramos, 200 kilómetros por hora (125 mph) como velocidad máxima y aceleración de cero a 100 km/h en 4.5 segundos, son parte del poder que este vehículo exprime en los circuitos exigentes del campeonato. La batería de litio ha sido desarrollada por Williams Advanced Engineering con capacidad para almacenar 40 kilowatt/hora, lo que equivale a 540 motores de combustión interna.
Tiene el poder de ofrecer 1.000 Nm y cuenta con dos motores situados en la parte frontal y trasera del chasis, cada uno con la capacidad de repartir 250 kW, los cuales pueden ser configurados de forma manual por el piloto, eligiendo de forma independiente el balance de poder sobre cualquiera de ellos para maximizar la fuerza y energía a desplegar sobre los neumáticos.
Agarre, terreno y velocidad son los factores principales para determinar cuándo y dónde colocar mayor carga de fuerza durante la carrera. La estructura del chasis tubular en forma de jaula protege a los pilotos durante cualquier accidente gracias al material utilizado para su fabricación: acero reforzado con niobio.
La carrocería está fabricada con fibras naturales y amigables con el medio ambiente, duradero y ligero. Los discos de freno cuentan con 555 milímetros de diámetro, realizados en aleación de hierro y sistema de discos ventilados. La suspensión puede ser adaptada según el tipo de pista y figura con 355 mm de diámetro con respecto al recorrido de la rueda.
Los neumáticos desarrollados por Continental son capaces de ofrecer agarre, tracción y confiabilidad sobre arena, rocas, piedras, zonas montañosas y suelo liso, además de cumplir con su propósito sostenible, pues han sido elaborados con botellas de plástico PET y cáscaras de arroz.
Finalmente, la electricidad que se emplea para recargar la batería del ODYSSEY 21 de Extreme E se genera en el sitio y de forma sostenible tras convertir la energía solar en una celda de combustible de hidrógeno provista por AFC Energy.
Redacción | Ronald Ortega