Una empresa histórica y de gran trayectoria como Chrysler quiere salir de la inacción y levantar su marca, que desde su fundación en 1925 brilló en el mundo de la industria automotriz. De la mano de Stellantis, la compañía empezará a incursionar en el mercado de vehículos eléctricos.
Christine Feuell, nueva CEO de Chrysler es la cara visible de este nuevo proyecto y confirmó a los medios de comunicación las aspiraciones de lanzar varios coches electrificados de aquí a 2028.
Feuell es una reconocida ejecutiva de marketing senior con amplia experiencia en sistemas de automatización de cadenas de suministro omnicanal y tecnologías de construcción inteligente.
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La ejecutiva fue la encargada de develar el Airflow Concept, carta de presentación de la gama de coches que la empresa ofrecerá a los usuarios próximamente. Este prototipo estará a disposición específicamente para 2025 y a la par, la firma norteamericana está trabajando en el desarrollo de otros tres vehículos para sumarse a las nuevas tecnologías.
Airflow Concept tiene incluido el vehículo llamado STLA SmartCockpit, que cuenta con pantallas individuales para cada ocupante, con cámaras de vídeo integradas creadas para videoconferencias, así como todo tipo de servicios conectados para entretenimiento, descarga de aplicaciones, búsqueda de tiendas o restaurantes y compras en línea. Además, los futuros modelos contarán con actualizaciones remotas.
El poder de Stellantis
Para lograr el objetivo de la transición, Chrysler aprovechará las nuevas plataformas STLA de Stellantis, el gigante automovilístico creado en 2021 a partir de la fusión de Fiat Chrysler Automobiles y PSA Group. Dispondrá de cuatro estructuras altamente modulares que le permitirán compartir tecnologías entre ellas y servir de base para los coches eléctricos de todas sus marcas.
Denominadas como Small, Medium, Large y Frame, las plataformas STLA se desarrollan con una estrategia dirigida a aumentar las economías de escala y generar márgenes de beneficios que alcancen el 10% en 2026. La inversión que Stellantis dedicó a este propósito fue de 30 mil millones de euros.
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La compañía se fijó un plazo de 10 años para que Chrysler ponga en orden todos sus asuntos y se convierta en una firma viable. En ese sentido, la transformación de una marca de monovolúmenes a un fabricante de vehículos eléctricos será clave.
A pesar de no ofrecer mayores detalles, Feuell señaló que todos los eléctricos que tiene Chrysler en agenda estarán equipados con una batería de 118 kWh, lo que le permitirá una autonomía de aproximadamente 650 kilómetros y, con la utilización de la estructura de Stellantis, podrían ser capaces de recorrer hasta 805 km con una misma carga.
Redacción I Jhonattan González