La Fórmula 1 es considerada como la «Máxima Categoría del Automovilismo Mundial» debido al prestigio que representa correr en sus monoplazas, aunado el éxito y renombre que ha logrado establecer durante sus años de existencia. Así pues, esta división de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) no escapa de los objetivos sostenibles que se han planteado a nivel mundial.
Con los años 2030 y 2050 como pilares fundamentales de la descarbonización, la Fórmula 1 trabaja para encontrar una manera de reducir emisiones, donde dar con alternativas de combustibles sostenibles se presenta en la mesa de tareas pendientes.
Sin duda alguna, un reto de alto calibre está siendo abordado por el Gran Circo, y se espera que los trabajos continúen de cara a la meta principal que se dictaminó por medio del Acuerdo de París en erradicar por completo las emisiones de carbono para el año 2050. Ante todos estos retos, la Fórmula 1 ha dado a conocer su reporte sostenible de cara al 2030.
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Lo que se ha hecho
La Fórmula 1 reveló que trabaja en el desarrollo de un combustible sostenible, el cual genera la duda sobre si podrá mantener el sonido que emiten las unidades de potencia híbridas de la categoría, aunque más allá de eso, el lado positivo se centra en conocer los esfuerzos por parte de la serie en sustituir el diesel.
Sin embargo, se dio a conocer que podrá ser utilizado por los vehículos de carretera actuales sin requerir ninguna modificación al respecto, contribuyendo también fuera de las pistas y potenciando los próximos motores que se utilizarán en la F1.
También, incorporó la producción de televisión de forma remota durante las carreras para emitir menos carbono. Las oficinas de la categoría son potenciadas por fuentes de energía renovable, así como también la introducción de contenedores de carga y aeronaves eficientes.
Lo que sigue
Entre los planes a futuro destaca el desarrollo de una estrategia de carga ultra eficiente de bajas emisiones, explorar las opciones de involucrar a los fanáticos en la reducción de las emisiones, así como también la estructuración de un calendario más amigable con el ambiente. Por ejemplo, evitar desarrollar una carrera en Brasil para luego volar a Arabia Saudita.
Redacción | Ronald Ortega