El volante es un componente esencial en un coche de carreras, ya que figura como el medio para que el piloto controle el vehículo, el cual está conectado al sistema de dirección a través de un juego de piñones y cremalleras, permitiendo girar para cambiar la dirección de las ruedas.
Por lo general, suelen ser más pequeños que un volante de auto normal, con un diámetro que va entre 30 y 36 centímetros, permitiendo mejor control y precisión al maniobrar en altas velocidades, e incluso tienen una forma más ergonómica para mejorar el agarre y la comodidad durante la carrera.
Están fabricados con materiales ligeros y resistentes, como fibra de carbono, aluminio o magnesio con el objetivo de reducir el peso total del coche y mejorar su rendimiento. También, suelen tener refuerzos adicionales para incrementar la rigidez y la resistencia a las cargas extremas durante la competición.
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Más funciones
La mayoría de los volantes de carreras vienen con botones e interruptores montados en ellos para permitir al piloto controlar diversas funciones del coche, entre las que destaca cambios de marcha, frenos de mano, ajustes de neumáticos, ajuste de frenada, DRS (en Fórmula 1) Attack Mode (Fórmula E), entre otros.
Algunos también cuentan con pantallas incorporadas (como Fórmula 1 o Fórmula E) para mostrar información importante durante la carrera, como la velocidad, las revoluciones del motor, la temperatura del agua, salida del safety car, banderas o mapa de la unidad de potencia, por ejemplo.
Finalmente, una clara diferencia entre el volante de la Fórmula 1 y la Fórmula E es que en la categoría 100% eléctrica de monoplazas, todos son iguales, mientras que en la máxima categoría del automovilismo mundial el diseño puede ser adaptado a gusto de las escuderías.
Redacción | Ronald Ortega