Los frenos de los vehículos son un componente crucial para garantizar la seguridad y el rendimiento durante la competición, donde la diferencia con los frenos convencionales radica en que deben ser capaces de soportar altas velocidades y frenadas bruscas.
Por lo general son de disco (Brembo), dado que ofrecen una mayor capacidad de frenado y resistencia al calor en comparación con los frenos de tambor. De igual manera, emplean pastillas de alto rendimiento y líquido de frenos especialmente diseñado para soportar altas temperaturas.
Además, suelen contar con sistemas de refrigeración, como conductos de aire o líquido para ayudar a disipar el calor generado durante el intenso uso que se le da en carrera, manteniendo los frenos en buen estado y evitando desgaste prematuro o la fusión de las pastillas, pues constantemente deben ser capaces de detener un auto (monoplaza o convencional) de 300 kilómetros por hora a 60 o 70 km/h en pocos segundos.
En las carreras, los pilotos también pueden ajustar la configuración de los frenos para adaptarse a las condiciones de la pista y a su estilo de conducción, como por ejemplo la presión, la distribución de frenado entre las ruedas delanteras y traseras y el balanceo en general.
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Componentes
Un sistema de frenos para carreras deportivas está compuesto por varios componentes esenciales que garanticen un rendimiento óptimo, además de la seguridad y confianza para detener el auto. Los mismos son: discos, pastillas, bomba, líquido, refrigeración y control.
Discos de freno: Pieza principal del sistema para las carreras, ya que son capaces de soportar altas velocidades y frenadas bruscas, compuestos por acero o carbono-cerámica para mejorar la resistencia al calor.
Pastillas: Se encargan de entrar en contacto directo con los discos para generar la fricción necesaria que detenga el coche.
Bomba de freno: Su función es la de producir la presión requerida para activar las pastillas, siendo más potentes que las utilizadas en vehículos de calle.
Líquido: Es el fluido que se utiliza para transmitir la presión de la bomba a las pastillas, especialmente diseñado para soportar grandes temperaturas, así como también resistencia a la degradación.
Sistemas de refrigeración: Ayudan a disipar el calor generado durante el uso intenso en carreras, los cuales pueden ser conductos de aire o de líquido para ayudar a mantener los frenos en buen estado.
Sistemas de control: Permiten a los pilotos ajustar la configuración para adaptarse a las condiciones de la pista y a su estilo de conducción.
Redacción | Ronald Ortega