Pensar en que pueda existir un incendio en climas gélidos como los experimentados en Groenlandia puede ser complicado de digerir. Sin embargo, es posible. El profesor Peter Wadhams, experto en el Ártico para Extreme E y profesor de Física Oceánica en la Universidad de Cambridge explicó al detalle por qué sucede, cómo y qué consecuencias genera para el planeta Tierra.
Las condiciones climáticas juegan un papel fundamental en el inicio de un incendio forestal, donde la huella de las personas influye en varias ocasiones. Por ejemplo, altas temperaturas y rayos solares pueden entrar en contacto con cualquier elemento de vidrio situado en el suelo, generando fuego y convirtiéndose posteriormente en un incendio.
«El Ártico no escapa de ello». Según afirma Extreme E, Siberia, Alaska, Groenlandia y Canadá han sufrido las consecuencias. Ahora, el factor peligroso que juega en contra del planeta es la propagación de dióxido de carbono, el cual se libera en la atmósfera.
Se estima que el Ártico almacena 1400 gigatoneladas (mil millones de toneladas), siendo una combinación letal cuando hay fuego de por medio.
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«En lo que respecta al Ártico, la verdadera preocupación es la gran área de incendios forestales de Yakutia en el este de Siberia, que comenzó en el verano de 2020 debido a temperaturas récord inusuales. Continuó ardiendo sin llama durante el invierno, pero luego estalló nuevamente en 2021», afirmó Wadhams.
El aumento de la temperatura en el lugar, además de la vegetación que seca sin cesar, promueve escenarios ideales para el inicio de un incendio grande que abarque grandes cantidades de espacio. Durante el Artic X Prix del 2021, el equipo de Extreme Recolectó muestras de casquetes polares del glaciar Russell con la intención de analizarlos y dar con el orígenes del fuego .
Los incendios forestales son comunes, pero en el Ártico no. Peter asevera que desde 2019 se ha convertido en un fenómeno inusual con respecto a la zona donde se generan, pues el permafrost derretido debía ser húmedo e incompatible con las condiciones necesarias para el inicio del fuego, algo que parece contrarrestar las afirmaciones originales: «Desde entonces se ha demostrado que esta teoría es incorrecta».
El dióxido de carbono es parte de los gases tóxicos que contribuyen de forma significativa en el calentamiento global. Es tres veces mayor al promedio que debería ser por año. «El hollín de fuego calienta la atmósfera al absorber la luz solar», comentó el profesor antes de profundizar acerca de este fenómeno.
«Cuando este hollín cae sobre superficies de colores claros como hielo o nieve, el calor queda más atrapado en la atmósfera a medida que las superficies oscuras absorben más radiación. Esto, a su vez, acelera el derretimiento del hielo/nieve (hielo negro).
Redacción | Ronald Ortega